Desde el Instituto de Estudios de Consumo Masivo su titular Miguel Calvete analizó las conductas de las familias ante la inercia inflacionaria de los últimos meses.
En diálogo con Radio Chubut describió que en los sectores acomodados suelen haber compras más planificadas, buscando las cuotas o incluso yendo hacia las segundas marcas para la clase media.
Dentro de aquellos que no pueden elegir, las familias menos pudientes, la situación se torna más dramática.
Según describió Calvete, el comportamiento lleva a que los sectores más pobres expresen un incremento ostensible en la compra de snacks, alfajores o alguna colación en reemplazo de una comida principal como la cena.
“Cuatro de cada diez familias de la base de la pirámide están bajo este proceso, el cual es muy preocupante y muestra a las claras la incidencia de la inflación en los cambios de consumo”.
Otra de las tendencias que se observa es la morosidad de los consumidores y la recurrencia hacia el pago del mínimo de la tarjeta, con tasas de interés que llegan hasta el 200% en algunos casos.
Con respecto al dato que dio a conocer el INDEC sobre los precios, marcó que un valor creíble y que la variación de entre 6 y 6,5 por ciento se mantendrá al menos hasta el mes de octubre.